Alicia es ingresada de urgencia en el hospital tras recibir un fuerte navajazo, que pone en peligro su vida y la del bebé que espera. La agente tiene una grave hemorragia interna y debe ser operada lo antes posible.
Los médicos la avisan de la gravedad y no le aseguran que el niño pueda sobrevivir a la intervención. Sus padres y compañeros de la comisaría están muy preocupados por su salud.
Y también Quintero, que ha intentado visitarla enseguida en la clínica. “Yo he impedido que te vea”, le confiesa después Marcelino. Sin embargo, tras esa infructuosa visita médica, ocurrirá algo inesperado en sus vidas.
El comisario se siente muy afectado por la llegada de la joven a su vida pero, tras superar la primera impresión, desea fervientemente mantener una relación y recuperar el pasado.
La chica sin embargo solo está interesada en su dinero y él no sabrá muy bien cómo actuar ante esa actitud.
El corazón de Nacha está muy confundido. Tras pasar una noche de pasión con Teresa, la agente se enfrenta a la incertidumbre de sus sentimientos y, sobre todo, del futuro que tendrá esta relación.
La psicóloga también vive una situación parecida, y piensa
cómo afectará a sus pacientes si llegan a enterarse.
Por su parte, el atormentado Quintero comunica a Jairo que su hijo va a trabajar con ellos en el negocio del narcotráfico.
Esto inquieta al chico, ya que Julio no tiene experiencia y podría llevar al traste cualquier operación que emprendan, pero el empresario confía en que nada se tuerza.
Además, ahora está muy ocupado solucionado sus problemas con Alicia y le preocupa que la joven no pueda superar la operación a la que ha sido sometida.
David está decidido a exigirle a su padre que le cuente toda la verdad sobre su madre. El misterio sobre esa parte de su vida lo tiene muy alterado. “Creo que tengo derecho a saberlo”, asegura.